sábado, 21 de marzo de 2015

Mi barrio sin dudas, el más ruidoso del mundo

Vivo en el centro de Madrid, pero más específicamente en la zona donde se pone el Rastro, ese famoso mercadillo en la calle.
Para todo el mundo que conoce mi barrio piensa que lo peor son los domingos, el gran día del mercadillo, y sí es verdad pero hay otros días que no se quedan atrás.
Los martes se arma mercadillo en la plaza que está a 60 mts de mi casa, esto será por si alguien se perdió el del domingo (supongo porque sino es incomprensible). Los martes tengo la suerte de que el puesto de la esquina, o sea el más cercano a mi casa, posee a la vendedora con la voz más alucinante que pude conocer. No, no canta, GRITA. Grita de una manera que nadie más podría hacerlo sin morir con la garganta desgarrada y sangrando. Sus gritos son para ofrecernos el mejor precio en... bragas/bombachas!!!!! si, leyeron bien, grita a todos los vientos y no vientos que tiene una super oferta de ropa interior.
Claro que lo de los martes no se queda sólo en los martes, no vaya a ser que alguien ande perdido y venga un sábado a buscar el Rastro y se vuelva con las manos vacías!! Noooo por favor, armamos para estos seres perdidos un mercadillo nuevo en la famosa plaza de la señora que grita, y por supuesto traemos nuevamente a la señora que grita. La señora grita desde las 9.00 hasta las 15.00, casi diría sin parar.
A todo esto y por si alguien andaba falto de mercadillos, los festivos también tenemos uno!!!! que felicidad!!!, eso sí el festivo lo armamos por todas las posibles calles del Rastro, cortando el tránsito (por ende la salida de mi vehículo) y nos llevamos los coches que algún desprevenido dejara aparacado, aunque sólo haya 4 puestos locos y 2 clientes perdidos.
Esto por consiguiente da que si contamos desde el domingo pasado y teniendo en cuenta el festivo del jueves (San José), tuvimos Rastro el domingo, mercadillo el martes, mini Rastro el jueves, mercadillo hoy sábado y por supuesto Rastro mañana domingo otra vez!!!
Esto no sólo genera ruidos, sino también basura mucha muchísima basura.
Por consiguiente un domingo cualquiera ocurre de la siguiente forma:
7.00 a.m. empiezan a llegar los 'dueños' de los puestos, ruido de coches y bocinas (no, no para ellos es día laboral para qué respetar)
7.30-9.00 a.m. armado de puestos, toooooodos tienen unos cañitos metálicos que por alguna desconocida razón deciden tirar al suelo con su consecuente ruidito insoportable.
9.00-11.00 empieza la venta y los gritos de los vendedores, abajo de mi ventana tengo a un señor que repite cada 10 segundos 'todo barato', todavía no comprobé que realmente venda barato pero en breve me gustaría comprobar como se siente ahorcarlo.
11.00-12.00 horario top del Rastro, cuando más gente hay, por supuesto más murmullo y ruido, apenas se puede oir la tele (y eso que tengo doble cristal en las ventanas).
12.30 o así, paso de los Hare Krishna, realmente diría que son los que menos molestan porque pasan rápido.
13.00-14.45 tocada de tambores sin seguir un rítmo más cánticos incomprensibles de un grupo de africanos que se paran en la esquina de mi casa, totalmente insoportable.
14.00 varios domingos, no siempre, un grupo de bailarines en la otra esquina de casa pone un equipo de música y bailan al rítmo de Michael Jackson. No suelen estar largo rato, pero es más ruido obviamente.
15.00 Hora final del Rastro, empiezan a levantar los puestos, bocinazos (son muy poco pacientes con los que van caminando), y un señor con carretilla tooooodos los domingos pasa a razón de unas 25 veces gritando 'cuidado' a viva voz.
15.30-20.30 es el tiempo que lleva terminar de juntar y limpiar, la limpieza se hace con esas máquinas sopla hojas (ruido insoportable) + esa máquina barredora (más ruido) y mangueras de bomberos y camiones que pitan avisando que vienen.
Esto quiere decir que los domingos tenemos más de 12 horas de ruido constante. Si alguien alguna vez pensó en mudarse a esta zona, no se lo recomiendo para nada.
Ah y no olvidemos que no puedo sacar el coche hasta que la gente esta se va, o debe dormir afuera y lejos la noche anterior.
Ahora mismo además tengo una manifestación pasando por acá.
Los sábados a la noche tenemos discoteca cerca y mi calle es la calle del botellón, puesto que está como escondida y vienen a beber y charlar (que majos!).
Vivo aquí hace 4 años, espero en breve mudarme a una zona más tranquila, el barrio me gusta mucho porque está cerca de todo, pero prefiero vivir del otro lado de la avenida donde el Rastro no deja su rastro.

martes, 17 de marzo de 2015

Procrastinar

Uf que título más raro le puse a esta entrada. Ni yo estoy segura de que en español se diga así, creo que no hay traducción exacta. Viene de procrastinate en inglés, que sería un posponer, dejar para después.
Aclarado el título, debo decir que soy la reina del procrastinate. Me proclamo reina porque soy un ejemplo tan claro de esto que no me vale otro título nobiliario.
Yo tengo que tener todo organizado en listas y agenda. Pero todo eso que organizo nunca o casi nunca llegó a hacerlo todo. Normalmente porque es humanamente imposible, y otras veces porque además de humanamente imposible, es porque lo dejo para después (mi mamá se enfurecía mucho cuando de chica me pedía algo y yo le decía después). Y el después es una especie de nunca o de otro día, esto genera unos sentimientos horribles a describir:
-Estoy mirando la tele tranquila un sábado (los fines de semana son los días en los que procrastino? a tope), pero esa tranquilidad no es tal porque estoy pensando en que debería estar haciendo algo de la listita. Aún así no me levanto, sigo sin hacerlo y como después ya no tengo tiempo me siento fatal, la peor, desperdicié mi día, no hice todo lo que debía hacer. Y empieza el sentimiento de culpa horroroso. Soy una persona ineficiente por no hacer lo que me propongo.
Si bien esto es un círculo vicioso, conseguí entre semana reducir esta ansiedad y ponerme sólo una actividad extra a mi trabajo, lo cual se hace más humanamente posible.
Los fines de semana sigue todo igual, incluso reduciendo la lista a dos cosas, soy incapaz, me puede la pereza y el cansancio.
Pero bueno veo que me tendré que adaptar a ser así. ¿Alguien más sufre este 'síndrome'?




viernes, 13 de marzo de 2015

Aprender a conducir pasados los 30

El año pasado cumplí una de mis tareas pendientes de hacía años, aprendí a manejar. En octubre me presenté al examen práctico y aprobé a la primera. Quienes conozcan la realidad española al respecto saben que no es nada fácil sacarse el carnet a la primera, conozco gente que se ha presentado hasta 7 veces y conmigo había chicas que iban por cuarta y quinta vez.
Esto no me dio ningún tipo de subidón de confianza, para nada, seguía pensando que no iba a ser capaz de hacerlo. Tal y como me recomendaron tenía que tener coche yaaaaa. Como no me era posible comprar uno tan rápido, empecé alquilando coches por horas. Con mi marido (que no maneja) de copiloto para sentirme acompañada/segura (ni yo sé).
Así estuve durante unos 3 ó 4 meses, cada vez que alquilábamos lo pasaba fatal, nervios, sudor, creo que una sola vez fue agradable o cercano a lo agradable.
Finalmente en enero de este año compramos un coche. Durante las primeras 3 semanas estuve a punto de venderlo, quemarlo, tirarlo, regalarlo, lo que sea por sacármelo de encima. Cada vez que me subía pensaba que no lo iba a lograr jamás. Unas angustias horribles, sufrimiento, miedo, ansiedad. Todo junto. Me sentía incapaz de conseguirlo. No podía subirme sola en el coche. Hasta que un día pude, hice un pequeño trayecto, luego otro trayecto más largo, y así poco a poco llegamos al día de hoy en el que me subo al coche tranquila y hasta disfruto de conducir.
Creía que esto nunca iba a llegar, creía que era imposible de lograr. Pero ahora puedo decir que valió la pena, todo el esfuerzo y el sufrimiento valieron la pena porque hoy disfruto de una libertad de movimiento enorme.
Antes no era capaz de decir que sabía manejar/conducir, ahora ya digo que sí, que aún estoy aprendiendo, que aún llevo mi L de aprendiz, pero ya soy capaz de llevar un coche.
Espero que a alguien le sirva mi experiencia, aprender de mayores es más difícil que cuando somos adolescentes y nada nos importa. Pero todo se puede.