miércoles, 25 de febrero de 2015

No soporto los tapados/abrigos de piel

Es normal que alguien que ama los animales y es vegetariana no soporte ver a gente que usa tapados de piel. Pero es que me entra una rabia tremenda porque no puedo evitar pensar en la cantidad de nutrias o zorros o el bicho que sea, que usaron para tapar a esa señora, especialmente en esos que son largos hasta el tobillo.
No me pasa lo mismo con el cuero de vaca, yo lo evito en todo lo que puedo (carteras por ejemplo), sin embargo tengo otra opinión al respecto. Creo que el cuero de vaca está como más justificado, es decir se utilizó al animal entero, se comió su carne, y hasta se usaron sus huesos y cartílagos (mejor no les digo para qué). Y bueno ya que estamos aprovechamos también la piel. Es decir, la mataron igual, el cuero es una parte más de esa matanza. Pero claro la nutria sólo vive y muere para que la señora se ponga un abrigo innecesario, porque hay otras opciones. La forma de morir es extremadamente cruel, porque para evitar dañar la piel los electrocutan. Horrible y triste.
Una matanza innecesaria y superflua. Creo que es necesario plantearnos esto de matar por lujo o estética. Sigo entendiendo (no compartiendo) el matar para comer, pero no entiendo el matar para ir "elegante". Eso es demasiado, es un abuso absoluto de poder.
Ojala las nuevas generaciones empiecen a ver los abrigos de piel como algo horrible.
Además miren que preciosidad son las nutrias, por qué hacerles daño?




lunes, 16 de febrero de 2015

Cuando una gripe te puede cambiar la vida

Mi cuerpo tiene la habilidad que mi cerebro no tiene, cuando ve que la cosa se va de las manos que estamos entrando en el círculo vicioso de stress sin límites, cuando nota que mi falta de felicidad afecta mi vida diaria, ahí es cuando mi cuerpo le dice basta a mi mente y se enferma. Si miro atrás cada año que me enfermé y tuve que quedarme en cama fue porque estaba al límite de lo que una persona puede dar de si. Ahora no es igual que antes, pero mi responsabilidad es aún mayor y si bien la carga horaria real es menor, la carga horaria subyacente es muchísimo mayor, horas y horas que dedico en la oficina-casa haciendo cosas por las que nadie me paga, porque ese nadie soy yo, o sea la dueña de mi propia empresa.
Ahora estoy escribiendo quizás entre los delirios de la fiebre y el malestar que trae la gripe. Escribo porque sé que de esto me voy a olvidar y dicen que las palabras se las lleva el viento pero lo escrito se queda.
Hace dos años tuve una crisis de ansiedad y stress con aumento de la tensión arterial. Fue muy feo, muy triste verme así. Como siempre y como ahora mi marido estuvo ahí para ayudarme. En ese momento decidimos que debía trabajar menos horas, fue como el puntapie para dejar de hacer cosas que no me gustaban, y también fue mi inicio con el tema de los blogs. Empecé a leer blogs como nunca, todas las horas que tenía en cama recuperandome me las pasaba leyendo blogs. Lo curioso es que todo lo que leía me hacía sentir que todo el mundo que escribía en esos blogs sabía vivir sus vidas mucho mejor que yo. Creo que por una cuestión de descontento con mi propia vida, empecé a "idealizar" a esta gente, todo el mundo me parecía tener unas vidas magníficas, placenteras, parecían todos felices y lo compartían con los demás a través de sus blogs.
Algo parecido me pasa con Instagram, viendo fotos y fotos de gente que dan ganas de preguntarles cómo hacen para tener esas casas tan bonitas, esos niños tan pulcros, esos estilismos tan perfectos, esos viajes tan idilicos.
Quien me lea podría pensar en la envidia, pero si bien suena a eso os aseguro que no es así. No envidiabia ni envidio lo que veo y veía en su momento, sólo tenía la necesidad de saber cómo hacían. Por decirlo de alguna forma, envidiaba su aparente felicidad.
Ver la vida de los demás a través de los blogs me influenció, me hizo notar que si yo veía a ellos felices yo también podía serlo. Yo también podía sentirme bien, sólo necesitaba aplicarme el cuento. Empezar a hacer cosas que esta gente hacía, y con ello obviamente escribir un blog.
Empecé a retomar mi dejado hobby de las manualidades, volví a pintar, aprendí a tejer al crochet, decoré cuanta cosa se pasó por mi camino, empecé a comprar cosas que me gustaran para la casa, y no lo voy a negar, fui un poquito más feliz, pero aún así seguía algo pendiente: el trabajo. Había conseguido disfrutar de mi tiempo libre, había conseguido hacer algo más que trabajar, pero aún me quedaba la espina de que mi trabajo no me hacía ni me hace feliz.
Hoy en cama, con una gripe que me dejó peor que a un boxeador knockeado, empecé a buscar ayuda para solucionar eso. Y por supuesto, para una persona que usa internet desde los 15 años (desde los cuales ya pasaron más de 15), mi respuesta la busqué en Google, y encontré ayuda (como siempre) y encontré caminos que espero me sirvan. Quizás esta gripe sea la parte 2 de esa película que empezó con la presión por las nubes, quizás esta gripe sea la continuación de aquellas decisiones que fueron drásticas pero que cambiaron mi vida a un poquitito mejor.
Ojalá el próximo post que escriba al respecto sea uno en el que diga que mi vida cambió y que soy feliz y plena con lo que hago, creo que para eso falta, pero hoy se inicia el cambio. Para quienes dicen que soy negativa, una vez más les demuestro lo contrario, una vez más saco algo positivo de algo negativo. Una gripe que me ayuda a renacer.

miércoles, 11 de febrero de 2015

TOC

El título de esta entrada para quienes no lo sepan siginifica: trastorno obsesivo compulsivo. No voy a decir que lo padezco porque sé que es algo que afecta a mucha gente y de una forma terrible, algunos apenas pueden tener una vida normal.
Pero me doy cuenta que una parte de mi vida está medio dominada por este trastorno. El finde pasado mi marido limpió la casa mientras yo no estaba, al llegar me di cuenta que había limpiado porque las cosas no estaban en "su lugar", si el limpia deja todo donde cree o puede, o le da igual volver a acomodarlo. Sabe que necesito ver las cosas en su lugar, pero como a él no le afecta ni se da cuenta. Yo quise (lo juro) no tocar nada, dejar todo como estaba, me duró una hora. No lo soporté, pasaba cerca lo veía y me hacía mal. Decía no lo voy a cambiar, y trataba de no tocar nada, pero duró lo que un suspiro.
También me di cuenta que el lugar que tienen las cosas es el que yo decido porque sí, es decir si mi marido mueve algo 2 cms a la derecha, ya está mal. Pero a veces pienso, mal? por qué mal? igual hasta queda mejor?
También tengo capacidad de adaptarme al desorden si no está en mi territorio, por ejemplo la mesa de noche/luz de mi marido puede ser un desastre, me da igual, paso por al lado como si nada fuera. Claro que si me llegan a cambiar un cm de lugar mi velador o reloj, no puedo soportarlo.
Esto me pasa desde que soy chica, pero es curioso que durante muchos años fui muy pero muy desordenada hasta que un día hice un click y me fui para el otro lado. Es verdad lo que dicen, los extremos son malos. Aprendí a ser ordenada y no puedo soportar el desorden.
Lo mismo me pasa con la limpieza, yo limpio cosas que gente normal no limpiaría nunca o muy pocas veces. A ver no digo que los demás sean sucios, digo que yo estoy loca. Por ejemplo, cuánta gente limpia la tapa de shampoos, cremas, desodorantes? Cuánta gente limpia los bordes del interruptor de la luz? cuánta gente limpia los radiadores por todos sus agujeros, costados y demás? cuánta gente limpia las lapiceras/bolígrafos que están en los lapiceros/porta lápices? puedo seguir con cosas raras que limpio, porque para mi limpiar es limpiarlo todo, absolutamente todo, desde muñequitos de decoración mínimos hasta el control remoto/mando a distancia, desde las barras que van por abajo de la silla (no sé cómo se llaman) hasta los pomos/manijas de las puertas. Esto hace que cada vez que limpio mi casa entera tarde unas 12 ó 13 horas en terminar. Pero también es verdad que me gusta, aunque cada vez me cansa más.
Alguien más con este "problemita"? alguien que se haya curado y aporte soluciones mágicas?